Aristóteles dijo una vez: “No se puede desatar un nudo sin antes aprender cómo se hizo”.
Lo mismo nos pasa con el dolor, debemos aprender a desaprender.
Es decir, debemos entender que es lo que interpreta nuestro cerebro para conocer cómo se produce nuestras respuestas de defensa.
¿Cómo crea nuestro sistema esas respuestas?
Nuestro sistema neuroinmune utiliza toda la información que hay en nuestra mente: lo externo (en relación con el entorno), lo interno (trata de recuerdos y la memoria…) y lo que se encuentra en nuestro subconsciente (como son las creencias, valores, expectativas y los patrones de comportamiento) y con ello da respuestas de protección (dolor, inflamación).
¿Cómo aprendo a desaprender?
Hay que entender que hay errores de evaluación del cerebro, que en ocasiones gestiona información errónea y desaprender la información incorrecta. A través de la neuroplasticidad o neuroprogramación podemos trabajar el cambio, una nueva sustitución de creencias, situaciones adaptativas a una nueva normalidad.
¿Cómo vas afrontar tu dolor?
- Trata de imaginar, comprender, creer e interiorizar la convención de normalidad.
- Aprende a interpretar señales dolorosas para aprender a desaprender: A través de la atención plena, búsqueda de nuestra neurofirma (cómo funcionan nuestros patrones y conductas hacia el dolor), el mildfulness, y la meditación.
- Pon en práctica el ejercicio práctico de: “Lo que se expresa no se imprime”. Este juego consiste en escribir, dibujar, moverse, hablar, contar y/o escuchar. La expresión emocional y nuestra relación con el entono nos puede ayudar a saber describir el dolor, cómo lo experimentamos, su forma, intensidad.
Un dato curioso, nuestro dolor social se activa en las mismas áreas que el dolor físico, la interacción de ambos aumenta nuestro dolor, sentimientos de rechazo y abandono, pueden influir sobre las interpretaciones de nuestro cerebro.
- Pregúntate:¿Cómo ves tu vida como una oportunidad o una amenaza? Acudir a especialistas que puedan ayudarte a trabajar con el empoderamiento, motivación disponibilidad de cambio, autoestima…
- Hacer ejercicio físico, llevar una buena alimentación y dormir mínimo 7hs, hace que tu cerebro cometa menos errores.
- La lectura es a la mente lo que el ejercicio al cuerpo. Leer puede ayudarte a aprender sobre ti. Un ejemplo es la teoría de Sigmund Freud sobre: “El iceberg que rige nuestra mente”, nos habla de los cambios que podemos hacer por nosotros mismos.
Puedes descubrir más sobre este proyecto documental aquí.