La palabra “cólico”, del griego Kolikós significa intestino grueso. Es un trastorno típico de los primeros meses de vida del bebé que genera un llanto intenso y prolongado sin causa aparente. Para considerase cólico del lactante debe describirse como episodios de llanto intenso y vigoroso al menos 3 horas al día, 3 días a la semana durante al menos tres semanas en un bebé sano y bien alimentado (Wessel, 1954).
Las causas son debidas a diversos factores digestivos como contracciones espasmódicas del músculo liso del intestino, favorecidas por la inmadurez del aparato digestivo de los lactantes, factores dietéticos y otros factores psicológicos y sociales.
Sus síntomas más comunes llanto vigoroso, rigidez abdominal, abombamiento, alteración del sueño irritable (15-18 horas/24h, bebes que duermen 2-3 horas de forma superficial). También es posible la alteración de succión pues, tardan mucho más en hacer la toma (45 minutos), estreñimiento con heces escasas y duras con color marrón verdoso (lo más normal serian liquidas amarillas en cada toma).
Aparece regurgitación y/o reflujo, y también pueden presentar problemas respiratorios y de piel (dermatitis atópica en cara y cuello).
¿Cómo tratar el cólico del lactante?
Desde la fisioterapia damos un nuevo enfoque al cólico del lactante a menudo el bebé tiene tensiones acumuladas en la zona de las cervicales y la pelvis debido a partos dificultosos, o posiciones intrauterinas determinadas. Son dos zonas de gran importancia por ser el origen de los nervios que van a regir el funcionamiento del aparato digestivo. Por eso, mediante técnicas manuales somos capaces de flexibilizar el tejido, mejorar las restricciones, facilitar la expulsión de gases y heces, por lo que mejorará la funcionalidad del sistema digestivo y así aliviar al bebé.
El movimiento y la vibración, como transmiten las mecedoras o columpios previstos de vibrador o sillas de seguridad posterior del coche y los ruidos blancos con fondos constantes y bajos volúmenes como lo son las lavadoras, aspiradoras o incluso la campana extractora pueden tener un efecto reconfortante para nuestro bebe.
Las posturas son una parte importante colocar al bebe en nuestro regazo, estirado boca abajo, y frotarle suavemente la espalda, al igual que la posición correcta para amamantar, será de gran utilidad.
¿Qué deberíamos evitar?
- Sustitución de leche de fórmula por leche sin lactosa, de avena, hidrolizada (caseína) o incluso supresión de lácteos en la dieta de la madre.
- Evitar alimentos que generen mal o fuerte sabor, aquellos que produzcan gases como el ajo, cebolla, coles, espárragos, alcachofas, legumbres, mejor hacer purés.
- Alcohol, tabaco cafeína y té pueden producir diminución de la leche y mala absorción del hierro.
- Uso de sacarinas o glucosas, tactos rectales con termómetro o (en este caso, sólo supositorios de vaselina a mayores de 2 meses).
- Si hubiera fisuras anales utilizar cremas cicatrizantes con Zinc.
Sin embargo, es muy recomendable y se aconseja el consumo de:
Vitamina C : acerola, kiwi, hinojo, naranja.
Vitamina B: cereales, lentejas, judías, nueces.
Hierro: carne, garbanzos, espinacas y mijo.
Yodo: sal marina, algas, pescados.